En esta segunda entrega, analizaremos la evidencia que existe a favor de una tumba vacía de Jesús. En la entrega anterior ya ofrecimos poderosas razones para estar convencidos de que Jesús en efecto murió crucificado. En esta intentaremos demostrar que la tumba en la que fue enterrado se encontraba vacía al tercer día de su muerte.
La tumba vacía
Existen varias líneas de evidencia que nos llevan a afirmar que la tumba en la que Jesús había sido enterrado se encontró vacía al tercer día, lo que supone una misteriosa desaparición del cuerpo de Jesús. Analizaremos 4 de ellas.
1. El relato de la tumba vacía se encuentra presente en los cuatro evangelios
Uno de los principios que usan los historiadores al estudiar el pasado es el principio del testimonio múltiple. Mientras más testimonios diferentes tengamos de un hecho, más probable se hace su veracidad. De la tumba vacía tenemos testimonio en los cuatro evangelios, lo cual es excelente. Se encuentra en Mc 16:1-8, Mt 28:1-10, Lc 24:1-12, Jn 20:1-10.
(Marcos 16:6) pero el ángel les dijo: «No se alarmen. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. ¡No está aquí! ¡Ha resucitado!
(Mateo 28:6-7) Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman! —dijo—. Sé que buscan a Jesús el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería.
(Lucas 24:5-6) Las mujeres quedaron aterradas y se inclinaron rostro en tierra. Entonces los hombres preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos a alguien que está vivo? ¡Él no está aquí! ¡Ha resucitado!
(Juan 20:2) Corrió y se encontró con Simón Pedro y con el otro discípulo, a quien Jesús amaba. Les dijo: «¡Sacaron de la tumba el cuerpo del Señor, y no sabemos dónde lo pusieron!».
2. La tumba vacía esta presupuesta en 1 Corintios 15
El evangelio más antiguo que tenemos, el evangelio de Marcos, se escribió quizás cerca del año 60 a 70 d. C. El libro de 1 de Corintios se escribió primero que el evangelio de Marcos, cerca del año 53 d. C., lo que lo hace una fuente valiosa para averiguar acerca de Jesús. El texto al que 1 Corintios 15:3-8 hace referencia es quizás aún más antiguo, conteniendo un credo que, según algunos expertos, data de 6 meses a 3 años después de la muerte de Jesús. La parte que nos interesa está en los versículos 3 y 4, que serían el quinto testimonio que tenemos de la tumba vacía:
(1 Corintios 15:3-4) Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras.
Aquí no dice "tumba vacía", pero se hace una referencia implícita a ella. Se sabe que para los judíos el concepto de resurrección incluía necesariamente el cuerpo de la persona que había muerto. Una resurrección espiritual era una contradicción de términos para el judío de la época de Jesús. Entonces, al decir "fue enterrado y al tercer día resucitó", está implicando que fue su cuerpo enterrado lo que se levantó de entre los muertos, dejando por ende, una tumba vacía detrás.
3. La tumba vacía fue descubierta por mujeres
Otro de los principios que utilizan los historiadores al estudiar los textos antiguos es el principio de los detalles vergonzosos. Si la historia incluye detalles que hacen ver al personaje en una luz poco favorable, aún cuando la historia fue escrita por sus seguidores, entonces la autenticidad de la historia se hace más probable.
En el caso de la tumba vacía, uno de estos detalles vergonzosos es el descubrimiento de la tumba vacía por parte de mujeres. El testimonio de las mujeres era considerado de calidad inferior al testimonio de los varones en la sociedad del tiempo de Jesús, ya que los judíos las consideraban "chismosas incurables". Incluso habían dichos rabínicos en el Talmud (comentario de la ley), que decían que era mejor dejar que la Ley se pierda antes que dejarla en manos de mujeres.
El que la tumba haya sido descubierta por seguidoras de Jesús, antes que por los discípulos varones más prominentes, como Pedro o Juan, hace la autenticidad del relato más probable, ya que si alguien hubiese inventado o manipulado la historia, hubiese omitido fácilmente los nombres de las mujeres.
4. Aceptada por 3/4 de los estudiosos
Gary Habermas, un estudioso del nuevo Testamento y experto en la resurrección de Jesús, realizó un estudio de 2200 bibliografías en alemán, francés e inglés, y encontró que el 75% de los estudiosos de la resurrección de Jesús está de acuerdo con que la tumba de Jesús estaba vacía en el tercer día. Como ya hemos visto anteriormente, el consenso no prueba nada, pero es un indicador interesante de lo persuasivo de la evidencia.
¡La tumba de Jesús estaba vacía!
Estas razones son suficientes para convencernos de que la tumba de Jesús se encontraba vacía al tercer día después de haber sido enterrado. Ahora, una tumba vacía no prueba aún nada. En la próxima entrega, analizaremos las experiencias que los apóstoles dijeron tener con el Jesús resucitado.

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